Bitácora de Pepe Maeda A.

BATÁN GRANDE : SU HISTORIA A TRAVÉS DEL TIEMPO





Por : José Maeda Ascencio

HACIENDA SICÁN O BATAN GRANDE , FERREÑAFE

Ubicada en el departamento de Lambayeque, asentada sobre una inmensidad de restos arqueologicos entre piramides, tumbas ceremoniales y una inmensa cantidad de orfebreria en oro que los últimos dueños se encargaron de huaquearlos.
Su primer dueño de la hacienda Sicán sería don Pedro Fernandez de la Cotera
La heredó su hija Clara Fernande de la Cotera y Duran Caso casada con el Dr. José Andrés Delgado Gardeazabal, al rededor de 1860 cambia el nombre a Hacienda Batan Grande
Tuvieron por hijos a don Jose Andres Delgado y a su ves tuvo por hijo a Pedro Delgado Martínes padre de Rafael y Antonio
Para 1899 los dueños eran los hermanos Rafael y Antonio Delgado Moreno quienes por falta de capital arriendan la hacienda a una sociedad entre Bernardino Salcedo y Juan Aurich
La Hacienda Sicán o Batán Grande, Lambayeque. Fue propiedad de la familia Aurich Bonilla. Esta casa data del año 1830. En Batán Grande se cultivó por primera vez en América el mango.
La Sociedad Salcedo y Aurich tomó en arriendo la hacienda Batán
Grande por el año 1899; los propietarios eran los hermanos
Rafael y Antonio Delgado y Moreno, hijos de don Pedro Delgado
Martínez y doña Carmen Delgado Moreno y nietos de
don José Andrés Delgado y Cotera que fuera el
tercer hijo del matrimonio del Dr. José Andrés
Delgado Gardeazábal y Tovar y doña Clara
Fernández de la Cotera y Durán Caso, hija del
Coronel don Pedro Fernández de la Cotera y heredera de la
hacienda Cicán, que por el año 1860 toma el nombre
de Batán Grande; don José Andrés Delgado
G.T, abogado quiteño afincado en Cuenca, fue dueño
también de la hacienda Cayaltí. Don Juan Aurich
Cornella ya hacía negocios con
los Delgado desde el año 1882; por aquel entonces figura
en un pleito junto a su socio don Esteban Montero Zelada que
adquiere en remate público las haciendas Batán
Grande y la Viña de Sancarranco el 12 de Abril de 1885; la
Sociedad Salcedo-Aurich se encontraba en posesión de
Batán Grande que conjuntamente con la Viña
tenía una extensión de 28 Leguas cuadradas
según la mensura del Ing. Ernesto la Combe que levanto el
plano en 1897 (Tomo I f. 13 de los Registros
Públicos-Chiclayo); por aquel entonces-en 1885- Aurich
Cornella tenía 57 años de edad y el futuro
hacendado, su hijo Juan Aurich Pastor contaba con 18 años
de edad (nacido en 1867), residentes en la calle 2 de Mayo N°
57 de la evocadora ciudad de Lambayeque; eran vecinos de don
Enrique Brüning que llegó a Chiclayo en setiembre de
1875; cuando la Sociedad referida desapareció, Aurich
Cornella quedó solo como arrendatario del fundo
Batán Grande; Aurich ganó un juicio en la Corte
Suprema, por el que no se vio obligado a cancelar los mil soles,
más 1,146.30 soles por mora por la compra de arroz hecha a
don Rafael Delgado; como testigo actuó don Nicanor Carmona
Vilchez, que después sería prestatario de don Juan
Aurich Pastor para poder comprar
la hacienda de los grandes batanes de diorita; Carmona
llegó a ser Ministro de Hacienda y dos veces Alcalde de
Lima.


4.-DON
JUAN AURICH CORNELLA.

El matrimonio Aurich
Cornella tuvo cinco hijos, de los cuales, el tercero,
arrendaría la empresa que
iniciaría en Batán Grande; don Juan Aurich
Cornella, que empezó a firmar así, nació en
el año 1828 en Lambayeque.
Contrajo matrimonio con doña Tomasa Pastor por el
año 1866; tuvieron tres hijos: Juan José, que
contraería matrimonio con doña Juana Bonilla
Villalobos; Tomasa, que casó con don Víctor Montero
Kossuth y Clorinda, casada con don Lucio Lizarzaburu; de los tres
hermanos, solo Juan José contrajo matrimonio con una dama
andina, sencilla, del pueblo; en un expediente del año
1898 aparece don Juan Aurich Cornella como socio de don
José María Salcedo Nieto; una hermana de
doña Tomasa Pastor-esposa de don Juan Aurich Cornella- era
casada con don Bernandino Salcedo y Taforo, dueño de las
haciendas Mayascón y Mochumi Viejo desde aproximadamente
el año 1860
5.- DON JUAN J. AURICH PASTOR: EL HOMBRE Y SU
HACIENDA.

Nació el 3 de Setiembre del año 1867 en el
pueblo de Lambayeque; su infancia y
adolescencia
debió haber sido muy holgada, pues su padre era activo
empresario de
quien asimiló esta actividad que lo llevaría a
ser propietario del gran fundo a los 45 años edad;
pasó su infancia en la hacienda y era cuidado por un
moreno llamado "Piscí" Saavedra quien solía
cargarlo sobre sus hombros; las gestiones para adquirir la
hacienda se inician después del fallecimiento de don
Esteban Montero Zelada el 28 de Diciembre de 1899 sin otorgar
testamento; la Viña y Batán Grande entonces, quedan
bajo la tutela de su viuda dona Daría Balta, hija del ex Presidente don
José Balta Montero, casada después con el Sr.
Oyaque y Soyer; don Víctor Montero Zelada tuvo un hijo
llamado Víctor Montero Kossuth con doña Blanca
Kossuth que testamentó en Lima el 15 de Mayo de 1902; don
Víctor M.K. testamentó en Setiembre de 1845 y
contrajo matrimonio con doña Tomasa Aurich Pastor teniendo
4 hijos: Hilda; Víctor, Berta y Manfredo; Hilda se
casaría con su primo hermano don Eduardo Aurich Bonilla;
todas estas relaciones que conformaron el clan Montero –
Aurich y viceversa, se inician con las conversaciones que
realizó don Juan Aurich Pastor en París, ciudad en
donde llegó a residir doña Daría Balta Vda
de Montero; sabemos que la Sra. Balta había recibido
atractivas propuestas para vender la hacienda Batán
Grande; finalmente, favorece a don J.A.P. con la venta de la
hacienda de los más densos bosques secos de la Costa del
Pacífico.
La promesa de venta se hizo el 1° de Diciembre de
1912, según Escritura
Privada firmada en París por los herederos Montero y Balta
y doña Daria Balta; la Escritura de Venta Real la
recibió don J.A.P, el 26 de Abril de 1913 ante el Notario
don Adolfo Prieto, quien hizo constar el precio de 67
mil Libras Esterlinas o 70,215 Libras Peruanas; así, el 14
de Mayo de 1915, la hacienda, antes conocida como "San
Nicolás de Sicán" o "Cicán", nombre de un
inmigrante étnico sechurano cobrador de tributo por el
año 1530,quedaría asentado con el nombre de
"Batán Grande",que había sido solo el nombre de un
paraje ("Batán") dentro de la jurisdicción de la
hacienda Cicán; el nombre Nicolás se debe a don
Nicolás de Villavicencio, hijo del Cap. don Alonso de
Villavicencio (o Alonso Fernández de Villavicencio) y
doña Bernardina de Heredia y Ulloa, dueños de
Sicán y El Molino desde 1622,propiedad que
terminó transferida a la Compañía de
Jesús en 1684; los documentos
también refieren al antiguo paraje "El Molino" a media
legua del pueblo de Túcume (23 de Julio de 1622); la
propiedad se ampliaría con el devenir de los años,
cuando se compra el fundo "La Tina" en el lado Sur – Este
del pueblo de Lambayeque y la hacienda "La Huerta" al Este de la
hacienda Llaque de don Víctor Montero Kossuth;
Don J.A.P. trasladó su residencia a la hermosa
Casa Hacienda de Batán Grande que había construido
la familia
Delgado y Cotera por el año de 1830 (un expediente de
partición de bienes, los
Delgado y Cotera hermanos declaran ya la casona en 1866 con los
ambientes que posee actualmente); incluso sabemos que en la
"tapiada" catacumba que se ubica en el ex taller de mecánica, se han leído las tumbas de
algunos miembros de la familia Delgado y
Lizarzaburu; los Delgado habían decidido dejar el antiguo
asentamiento residencial de los hacendados coloniales, como los
Barbarán (1597), los Villavicencio y Ulloa (1612), los
administradores de la Compañía de Jesús
(1684), los De la Parra y los Fernández de la Cotera
(1782) que habían "residido" en las inmediaciones de huaca
"La Soledad" y después, cerca al caserío "Las
Astillas" o "La Zaranda" (lo hicieron, por lo menos, su albaceas
o administradores); Don Juan Aurich Pastor, ya hacendado, se
enamora de una modesta dama de Querocoto (Chota) que visitaba la
hacienda los fines de semana por actividades comerciales; se dice
que los presentó don Moisés Díaz Relaiza, su
capataz de confianza; de mediana estatura, blanca y andina de
pelo largo y castaño, doña Juana Bonilla Villalobos
se convirtió en la consorte de don Juan; el amor pudo
más que cualquier otro interés de
enlace matrimonial; don JAP pudo tal vez, haberse casado con
alguna dama de la aristocracia norteña o limeña; el
matrimonio tuvo nueve hijos: Juan (1902), José
(1903-1995), Gilberto, Eduardo, Guillermo, Jorge, Rosa, Edmundo y
Oswaldo; en su testamento incluyó a su hija doña
Blanca Elvira Aurich Santoyo; tuvo además dos hijos, don
Héctor Aurich Soto (ferreñafano) y don
Víctor Aurich Lora, de Mayascón.
La participación de don J.A.P en las fiestas
populares resulta interesante, ya que es un caso singular de la
convivencia entre el hacendado y la gente del común; estas
fiestas eran los esperados carnavales en
los que don Juan acostumbraba salir de la Casa Hacienda para
bailar marinera debajo de la "yunza" con doña Jesús
Arrunátegui Y doña Fernanda Relaiza, madre de don
Moisés Díaz; sus hijos heredaron esta
costumbre.
Otra gran celebración que se esperaba cada
año era el 24 de Junio, cumpleaños de doña
Juana Bonilla; las celebraciones perduraron hasta 1952,
según recuerdan sus hijos; grandes fiestas con visitas de
vivanderas y gitanos como la de la Cruz de Pativilca fueron
decayendo con el devenir de los años; don Juan
invitó a su casa al famoso torero Manolete que
había llegado a La Viña para observar su famosa
ganadería;
don José Aurich Bonilla trajo a Arruza y Armillita
(inf.personal);
albergó a los gitanos D´stefano durante un
año en la huerta de los históricos mangos; el
líder del clan gitano falleció en la huerta y está
sepultado en el cementerio del pueblo; aún recuerdo las
grandes ferias de la Cruz por los años sesenta cuando los
grandes toldos de piuranos e illimanos se instalaban a lo largo
de las calles Independencia
y Real; los problemas financieros ya se dejaban sentir a comienzos de los cincuenta en
la gran hacienda que don Juan solía recorrer a caballo
junto a Moisés Díaz Relaiza, su capataz y amigo, y
uno de nuestros informantes que recordaba a Manuel Pastor,
pariente del hacendado que cuidaba las calles del pueblo
acompañado por las noches de dos grandes perros; ya don
Juan contaba con 58 años de dad cuando una fanega de
maíz
(seis quintales) costaba cincuenta soles oro.
Para ampliar la frontera
agrícola, hizo construir el canal de Patapón en la
que trabajó un robusto moreno apodado "quinientas barras";
se le recuerda porque era campeón en cumplir las famosas
"tareas" de campo; decimista y cantor, según me
comentó el ya fallecido octogenario Manfredo Ruíz
(Pacheco"); fue después de las lluvias que don Juan hizo
construir la campana de bronce que aún hoy repica en la
moderna Iglesia; sus tintanes han servido también de alarma cuando se
salía de su cauce el río La Leche
(Lamcarlech o "Cabeza de Agua") o
cuando habían problemas en la población; la necesidad de regularizar
técnicamente el regadío de los campos de arroz, le
hizo contratar a don Mateo Carrión y a un tal Saldarriaga,
ferreñafanos que a base de "diablo fuerte" (cemento, cal y
arena) hicieron las compuertas que aún hoy funcionan (inf.
oral de don Augusto Tello Tello, el gran "Pitijuí", moreno
albañil y futbolista de prestigio regional); para cuidar el ganado se
construyeron las pilcas o muros de piedra en las laderas y cimas
de los cerros, trabajo dirigido por un señor Méndez de oficio
pirotécnico y Ricardo Céspedes; la pilca de cerro
Sajino, por ejemplo, parece que fue construida con piedra de
similares muros prehistóricos y la hemos visto bien
conservada durante las lluvias de 1983.
La hacienda atrajo también a gente criolla e
inmigrantes japoneses y chinos; aquí nacieron los Nakasaki
Díaz (en Motupillo), hijos de don Roberto (Chikao)
Nakasaki Maeda; la huerta de "El Zanjón" fue cedida a mi
abuelo don Einosuke (Enrique) Maeda Taka, que hizo fama a la
hacienda con su piñas de 35 libras de peso, muy dulces,
que fueron el orgullo de Batán Grande en un concurso
nacional en Lima por los sesenta y como presente del hacendado al
Presidente Leguía cuando visitó Puerto Eten; las
piñas fueron cargadas en mulas en cajas de madera;
así como fueron famosos también los grandes limones
de "El Zanjón"; Maeda fue barbero, fontanero
("restaurant") y buen amigo de don JAP; la huerta del
Zanjón continuó bajo el cuidado de don Miguel Maeda
Montenegro que solía llamarla "La Quinta de doña
Juana"; otros nikeis como los Tokomura se afincaron en Pativilca;
Gotto que hablaba japonés y coreano se quedó en
Batán Grande; aquí afincaron también los
Arbulú, los "camarones" Siancas, el alemán
Germán Gorbitz (padre), Pancho Figueroa, que según
me refirió el Ing. Vasallo, emigró a Alemania en
donde fue soldado durante la Primera Guerra
Mundial; fue hijo de don Pedro Figueroa Fuentes;
criollo con mucha "chispa" fue también Panchito Linares
que algunos viejos ferreñafanos aún recuerdan;
pioneramente como agricultor y ermitaño, el prof.
alemán Karl Weiss Schereiber se instaló en el
potrero "La Merced" en donde arrendando "una fanegada de tierras
(2 hás) por un plazo de 10 años y la merced
conductiva de cincuenta soles de oro anuales…" (Tomo 30
Reg. Públicos – Chiclayo; asiento 1637);
construyó una casa de madera que ahora ha sido restaurada
para el turismo; era
el año 1943 y hasta ahora no se sabía que el
recordado educador sanjosefino era entonces productor y
exportador de miel de abejas, y que cuando se ausentaba de
Chiclayo se internaba como ermitaño en el
enmarañado bosque de Pomac.

Aún algunos ancianos
recuerdan a los chinos Asán, Afá, Cufá,
Adoce y Alai; estos últimos cambiaron su apellido por
Cisneros; eran inmigrantes "culíes" o hijos de
éstos que vivieron en el Galpón que hoy es la calle
"Calpón"; allí dejaron como símbolo de su
transculturación y su conversión al
catolicismo la tradicional e histórica Cruz de
Calpón, que un infortunado alcalde hizo erradicar, cruz
que también veneró la población esclava
negra quizás por cerca de dos siglos. Don J.A.P fue
también un personaje envuelto en episodios
históricos como las montoneras, como enemigo de los que se
levantaron ya para derrocar a un gobierno o para
pedir equidad en el
reparto de tierras y agua; mi informante, negro muy viejo cuando
yo adolescente, don Ignacio Saavedra Mocarro, recordaba la
incursión en la hacienda de don Teodoro Seminario y
Váscones, ayabaquino que se levantó y apoyó
a don Nicolás de Piérola en 1894, contra
el Gobierno de Andrés A. Cáceres; llevaron
a José María Salcedo "El Comercio 10
Julio de 1894); tomaron prisionero a don Juan y a su
cuñado Lucio Lizarzaburu; don Ignacio, hijo de africanos,
recordaba hombres a caballo; nos dijo que Teodoro Seminario lo
llamó y le dio unas monedas para que le compre tabaco en una
tienda de chinos de la hacienda que por entonces la tenía
don Juan en arriendo a los dueños tambien de La
Viña: los Montero. En 1910, otra montonera llegó a
Batán Grande y tomó de rehén a don J.A.P; el
líder, el presbítero y casi legendario Casimiro
Chumán Velásquez quien lo condujo en caballo hasta
Motupe; dos fieles trabajadores del hacendado fueron atados a la
cola de los caballos patrón y así siguieron al
patrón todo el recorrido hasta Chóchope; uno de
ellos se llamó Juan "Serrano" Saavedra que era mayordomo
de la Casa Hacienda; don J.A.P.ya era diputado; se dice que don
Juan tuvo que pagar un cupo de veinte mil libras (1 libra = 10
soles) a favor de la montonera; el hecho fue cantado en diversos
tristes y cumananas por el cantar anónimo popular, una de
esas versiones fue grabada con ritmo de tondero con el nombre de
"300 libras de Oro", llevado al disco por el ferreñafano
José Mena Tello ; ha sido investigado tamben por Julio C.
Sevilla Exebio en un trabajo titulado "La Montonera del Cura
Casimiro Chumán" (1986) (ver también "Rebeldes de
Batán Grande: Montoneras "de José Maeda
A.La Industria de Chiclayo (17-02-87).

Batán Grande era en efecto, objetivo
codiciado por montoneros; de su riqueza ya escribe Carlos Bachman
en 1921, quien apuntó que: "hay agua suficiente para regar
cien mil hectáreas… producía unos 10,000
fanegas de arroz en cáscara ( un saco= 138 fanegas) de 12
arrobas cada fanega (una arroba= 11.5 kgs), las mismas que se
llevaban a beneficiar al Molino Nacional de Chiclayo de don
Virgilio D’allorso"; la gran hacienda sembraba unas 450
hás de arroz y otras 450 de maíz y el resto "no se
cultivaba por falta de brazos".

En su monografía "El Perú en el Mundo", E.
Centurión Herrera(1939) dice que se producían
quince mil fanegas anuales de arroz y 4,500 cabezas de ganado
vacuno, ganadería que se conservó aún en los
años ochenta con la
administración de Pucalá, incluyendo casi dos
mil de ganado cabrío y otros; hasta 1948 vendían
casi toda la producción de leche a la empresa
Nestlé; todo ello empezó con la compra de diez
vacas y dos toros Holstein que se pusieron bajo el cuidado del
veterinario suizo Pablo Maibach que llegó a administrar
mas de cinco mil cabezas; Maibach llegó en 1926 con su
esposa doña Bertha Roesche, ambos figuran con 24
años de edad en aquel año en que se registraron con
sus pasaportes (Archivo
Departamental de Lambayeque, Padrón de Extranjería); se marcharon después
del fallecimiento de don JAP; se implementó el cobro de
una cabra por cada cinco que pastearan en la hacienda, costumbre
que se conservó hasta en la época de la Cooperativa
Pucalá; Batán Grande tambien inició su
ganadería equina de carrera con el hermoso "Birlado" en
1925 y "Marcial", crac de la pista de Santa Beatriz en Lima y
luego con "Verdún" y su hijo "Marcialito".Con la administración de don José Aurich se
adquirieron 150 vacas de Holanda, Argentina y Brasil, pero ante
problemas económicos se empieza liquidar la
ganadería hasta 1950; dos años mas tarde los Aurich
Bonilla se vieron obligados a arrendar a la Sociedad
Agrícola Pucalá 300 fanegadas para el cultivo de
algodón
y 150 para caña de azúcar,
contrato que
duró hasta 1955; al año siguiente, los Aurich ya
debían 57 millones de soles a la banca y otras
empresas, por lo que el Banco Internacional intervino la hacienda con el Ing Edgardo Seoane.

Aunque Batán Grande producía arroz, no tenía
molino; recién se adquirió uno en 1940 con la
administración de don Juan Aurich Bonilla
cuando quebró la hacienda "La Otra Banda"; el molino
operó desde 1941 y fue vendido en los ochenta a un Sr.
Peralta; aún está grabado en acero el
año de su instalación en el viejo portón del
molino; Bachman documenta también que se producía
unas 2,500 fanegas de maíz de 36 arrobas (cada
una)… que se expenden en Piura y Lambayeque, aunque el
citado autor no llegó a conocer Batán Grande ni la
Viña obteniendo los datos del Ing
Eulogio Delgado, Presidente de la Sociedad Geográfica de
Lima, descendiente de los hacendados Delgado ; la mano de obra la
constituían colonos que desde 1905 habían llegado
en "contratas" o "enganches" que vinieron de Catacaos y Motupe (
estos últimos colonizaron "Motupillo") cuyos enganchadores
percibían 20 centavos por tarea de cada peón; los
"enganchados" percibían un sol por día, aparte de
los 20 centavos que se pagaba al contratista, los colonos se
integraron en caseríos como Motupillo con naturales de
Motupe y por el año 1905 y otros villorrios; Por el
año 1920, Batán Grande tenía unos 400
habitantes que residían en "rancherías" como
"Calpón" o "El Galpón", La Construcción y lo que hoy son las calles
Independencia, Real y El Molino;
Tambien llegaron nuevos ciudadanos chinos, libres y
comerciantes. El autor aún recuerda cuando niño me
iba a comprar al "tambo" de don Juan Chéa; él y sus
hijos abastecían a toda la población mediante el
sistema de
apuntes de libreta que después continuaría don
"Puche" Vilela, arquero, jugador de maracas, peluquero, cartero y
empresario; el chino Chéa y familia (era viudo), recuerdo,
se fue después que los Aurich Bonilla fueron desalojados
por Reforma Agraria en 1968 quedando solo recuerdos y muchas palomas de
Castilla que siguieron anidando en los techos de la Casa Hacienda
y sobrevivieron hasta los años setenta; los chinos se
marcharon en madrugada; se despidieron llorando y reventando
cuetes; yo escuché el bullicio y lamentos de despedida
desde mi cama; don Juan Ché, caballero señor,
falleció a los pocos años en Chepén; ha
dejado un hijo (Ricardo), nietos, bisnietos y muchos recuerdos en
Batán Grande; conservó una foto sepia del elegante
inmigrante oriental con un recuerdo para mi padre don José
Maeda Montenegro: "Recuerdo de su amigo Juan Chéa –
1970); era gente que apreciaba el hacendado e hijos, aún
los nietos de don JAP visitaban a don Juan Chéa y entraban
a la tienda como en su casa para tomar gaseosas y comer
chocolates que se apuntaban en las famosas libretas, sistema que
continuaría "Puche" Vilela, arquero, maraquero y peluquero
y otros comerciantes como Damián Vega Díaz y el
Bazar "Sicán" de la familia Maeda; antes de la llegada de
los chinos Chea, los trabajadores batangrandinos compraban en las
tiendas de los chinos Kan y Fernando en Ferreñafe que
amasaron fortuna por el año 1917; por entonces se viajaba
por una antigua carretera que iba desde Batán Grande hasta
Ferreñafe pasando por el lado sur del cerro Tambo Real,
antiguamente llamado "Rimpón" y cuando los fallecidos se
sepultaban en Pativilca, donde viejos documentos de los
Títulos de Batán Grande ubican el "Común de
indios"-auténticos descendientes étnicos muchik-
cuyo cementerio desapareció con las lluvias de 1925; La
Manchuria se llamaba "El Paypayal" seguramente por su
producción de Caesalpina corindosa, con cuyo fruto se
teñían los cueros o cordobanes de cabra en las
épocas de la tina jabonera y estanciera
Cicán.
La vida de don Juan Aurich Pastor transcurrió
entre el mundo comercial y social de Lambayeque y la
tranquilidad de su casona en Batán Grande; por
temporadas residía en la también bella Casa
Hacienda de Mayascón, apacible y rodeada de una hermosa
huerta y cultivos de cacao que hicieron de esta propiedad, la
primera hacienda industrial en su género,
productora del famoso "Chocolate Mayascón" y de sus
exquisitas paltas del mismo nombre; había llegado a
poseer 84,234 hectáreas de tierras que le permitieron
ciertos privilegios como el ser importador del primer Cadillac
azul en Lambayeque con placa de año 1919 que
conducía el japonés Toshike y que en los ochenta
fue desaparecido del depósito de " La
Construcción"; lo vi con tres hermosos aros de madera
revestidos con jebe; una tarde recorriendo los campos de
Patapón, contemplando los cultivos desde su caballo
junto a su leal e inseparable amigo don Moisés
Díaz, hizo una parada y nostálgico le dijo:
"Moisés ¿Qué irán a ser de
éstas tierras cuando yo muera?"; premonitoria
interrogante… Batán Grande no sería igual de
próspera después de su fallecimiento;
solía descansar y meditar en el tradicional y hermoso
tronco de algarrobo que aún se conserva y que los
batangrandinos conocen como "el palo del consuelo". Ya enfermo
viajó a
Lima en donde lo atendieron los médicos
Valentín y Olaechea; lejos, muy lejos de sus campos, de
su hacienda, de su solariega casona, de sus trabajadores y
amigos, falleció uno de los hacendados más
famosos y prósperos de Perú, pero poco conocido
en su real faceta de ser humano, de empresario, de caballero;
sus descendientes residen aún en la ciudad de Chilcayo;
su partida fue un aciago día del 21 de Abril de 1935…
el viaje sin retorno lo hizo a los 68 años de
edad.
P.D.:
El Autor ha escrito cinco tomos, aún
inéditos sobre la arqueología y la historia de Batán
Grande investigando Archivos
Públicos y Privados y recogiendo información oral; agradece a los hermanos
Aurich Bonilla por las largas horas de entrevistas
que le concedieron, en especial a don José, Guillermo,
Edmundo y Oswaldo; de ellos, solo don Guillermo aún vive;
reside en Chiclayo.
Por:
José Maeda Ascencio

Desde 1930 hasta la Reforma Agraria de 1969, los dueños de la Hacienda de Batán Grande, se entregaron al huaqueo sistemático. La actividad del huaqueo parece haber iniciado hacia finales de los años 20, debido al descubrimiento- atribuido a Hipólito Granado- de algunos objetos de oro en tumbas Sicán.
El saqueo organizado fue guiado por maestros o minadores quienes desarrollaron una ingeniosa técnica, un trabajador era asignado a escarbar un "hoyo de prueba", cuadrangular de 2 metros por lado, cuando alcanzaba una profundidad de 3 metros o llegaba a una capa arenosa, se cavaba túneles horizontales en forma radial buscando tierra indicadora de una tumba, por lo general distinto del entorno natural por el color, consistencia, etc. Una vez localizada, el hoyo más cercano era ampliado y profundizado para posibilitar el huaqueo.
Ya en los años 60 se utilizó maquinaria pesada, palas mecánicas, durante un año para retirar de 2 a 3 metros de material de superficie. Esto culminó con la Reforma Agraria, que obligó a los dueños a salir de la hacienda de Batán Grande. Cuando se inició el trabajo de campo del Proyecto Arqueológico de Sicán en 1978, se encontró más de 100, 000 hoyos y profundas y numerosas zanjas hechas con pala mecánica.
Cuentan que en la casa hacienda de Batán Grande, había un "cuarto del tesoro" y los huéspedes de las varias fiestas de fin de semana eran invitados a llevarse cualquier objeto de oro. Otras piezas fueron fundidas para hacer lingotes para su posterior venta.
El huaqueo sistemático explicaría la presencia de objetos de oro Sicán en las más importantes colecciones dentro y fuera del Perú; estimándose dentro de este contexto el 85% de los objetos de oro del Museo de Oro del Perú en Lima. El huaqueo en Poma representa uno de los más intensos y extensos trabajos de depredación cultural en América.
Fuente: Cultura Sicán, Izumi Shimada.
La Casa Hacienda Batangrande se comenzó a construir aproximadamente en el año 1860 y su diseñador fue el arquitecto norteamericano Mister Robert Ber, según la tesis de título ‘‘Análisis del sistema turístico del distrito de Pitipo’’, formulada por Lya Sofía Bautista Deza y Yasseni Linares Olano en 2018.
BATAN GRANDE HOY

Batán Grande es una pequeña población del norte de Lambayeque y a la vez es el corazón de un gran complejo arqueológico con numerosas huacas.
La zona de Batán Grande comprendía, en la época de la cultura Sicán o Lambayeque, lo que hoy se conoce como las pirámides de Túcume, y el Santuario Histórico Nacional del Bosque de Pómac. Fue también una zona de grandes saqueos, pues los salteadores se metían en las tumbas para extraer las piezas de oro y plata.
Mucho del material que se extrajo arqueológicamente de las huacas está en el Museo Nacional de Sicán, al norte de Ferreñafe. Hoy, Batán Grande es un pueblo tranquilo y amable, cuya entrada está dominada por un arco coronado con una imagen del Señor de Sicán. Está ubicado a unos 50 kilómetros al norte de Chiclayo, y el trayecto puede cubrirse en poco más de una hora.
¿Qué hacer en Batán Grande?
Recorrer la Casona Principal. Esta inmensa vivienda fue residencia de una familia que poseyó todas las tierras circundantes para el cultivo, desde 1900 aproximadamente hasta 1970, cuando comenzó la reforma agraria. Aunque la casa está vacía, se puede visitar para observar sus espacios y tener una idea panorámica de cómo era el esplendor de la zona.
Ir a las huacas. En el centro está la Huaca del Pueblo, pero además se pueden visitar desde Batán Grande el santuario del Bosque de Pómac, la huaca del Oro, las pirámides de Túcume y otras zonas arqueológicas.
Recorrer el pueblo. El parque Principal de Batán Grande es un espacio con jardines, sombra y bancas, donde se puede pasar un rato agradable mientras juegan los niños. Se puede conversar con los habitantes de la población para conocer a qué se dedican y observar la dinámica de la pequeña ciudad.
Combinar la visita con el Santuario Nacional del Bosque de Pómac. En el Bosque de Pómac hay 20 pirámides que formaron parte de esta cultura. Hay un centro de interpretación y está muy cerca del pueblo.
¿Cómo llegar a Batán Grande?

En auto particular. La carretera para llegar a Batán Grande parte desde Ferreñafe. Ubica el terminal Epsel y toma la avenida a la izquierda del grifo de Petroperú. Sigue por esta avenida y pasarás por Picsi, Ferreñafe, Pitipo, La Zaranda y Batán Grande. El recorrido es de unos 50 kilómetros y tardarás un poco más de una hora en cubrirlo. La carretera está totalmente pavimentada y señalizada.
En transporte público. Las unidades salen del terminal Epsel, en la avenida Nicolás de Piérola. Cobran entre 4 y 6 soles por persona y hay desde las 8 de la mañana, y hasta las 6 de la tarde en ambos sentidos. Tardan aproximadamente una hora y media en cubrir todo el recorrido.
En tour privado. Los tours privados a Batán Grande cuestan entre 100 y 130 soles por persona y suelen combinar el paseo en esta población con alguno de los atractivos arqueológicos como el Bosque de Pómac, las pirámides de Túcume o el Museo Nacional de Sicán en Ferreñafe. Ofrecen el transporte de ida y vuelta, desayuno y almuerzo, así como las entradas a los atractivos.
Recomendaciones
Toma previsiones de transporte. Si vas por tu cuenta en transporte público, sal temprano de Chiclayo para disfrutar todos los atractivos y encontrar unidades de vuelta bien sea a Chiclayo o hasta Ferreñafe.
Es necesario contar con un guía. Para conocer Batán Grande y apreciar toda la información que se ha obtenido, se necesita contar con un guía especializado en la zona.
Llevar abundante agua. El recorrido por el Bosque de Pómac y por las huacas de Batán Grande implica caminatas por grandes distancias. No olvides llevar agua para tu hidratación.
Contribuye con la conservación del lugar. Respeta todas las indicaciones de los guías y no sobrepongas los límites de seguridad de las zonas que todavía están bajo investigación.
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Por: José Maeda Ascencio
(Fotos: José Maeda A.)
La Casa Hacienda de Batán Grande es una de las más hermosas que hay en Perú; de estilo neoclásico, con sus aproximadamente doscientos años de antiguedad se mantiene erguida; encuentro en escrituras que data del año 1830. Hoy, con deterioro por el paso del tiempo y sobre todo, por las fuertes lluvias que suelen azotar a la ex hacienda durante el evento del Fenómeno del Niño que llega, como en 1983, a los 300 mm de pluviosidad. Por esta razón, urge su restauración. El 28 de Octubre de 1867, los peritos que tazaron la hacienda Sicán que ya tenía el nombre de Batán Grande, así asentado en escrituras que conforman los Títulos de la Hacienda Sicán desde el año 1597 se mencionaba entre otras propiedades a Miraflores, Bartolillo, Cirhuelar, Cerezo, Calupe, “Los Rastrojos del Común que está al otro lado del río Pativilca…”(Común de Indios), Mundo Nuevo (o Nuevo Mundo), El Papayo, Santa Ana, La Toma Vieja, La Nueva Soledad, Huacas del Adoratorio (se refieren a Pomac), etc, y entre éstas propiedades, se menciona a la Casa Hacienda incluyendo la huerta con “mameyes, paltos y otros árboles frutales…”, es decir, la misma huerta en la que se plantaron los primeros mangos que llegaron a América traídos por don José Andrés Delgado Gardeazábal y Tovar de India a principios del siglo XIX; recuerdo los sabores de los mangos en diferentes variedades: alcanfor, zorro (un mango grande parecido a la palta), manzano (grande, parecido a una manzana, criollo, mariconcito o jamolita, etc. El año 2012 en que visité la huerta, gratamente comprobé que aún existe el árbol del mango alcanfor que recomendamos conservarlo con la reproducción de su semilla. El viejo árbol que fotografié por el año 1990 ya no existe, se cayó de viejo; considero que era el vetusto “Mango Padre de América”, leñoso y ya sin hojas, que me llevó a recordar las historietas de brujas con sus árboles grandes y sus ramas cual brazos gigantes; de niño iba a esta hermosa huerta con sus árboles de huanábana, puma rosa, granadilla, mameyes, moras (fresas silvestres) cuyos árboles fueron quemados durante una incursión de rebeldes jayancanos que arremetieron contra los hacendados de La Viña y Batán Grande, los Montero, quejándose por su derecho al agua de riego agrícola (referido por Carlos Camino Calderón en su novela “El Daño”); ésta huerta era parecida en su belleza a la llamada “Quinta de Doña Juana”, pues, doña Juana Bonilla Villalobos tenía su propia huerta que, recuerdo, la cuidaba mi tío Miguel Maeda Montenegro, en El Zanjón, pasando lo quien hoy es el barrio de La Quinta; entonces mi tío me llevaba a este paraje y ahí probé las moras silvestres ; hermosas huertas, similares a la que poseía mi abuelo don Einoske o Enrique Maeda, aguas debajo de El Zanjón, en donde cultivó las ya legendarias piñas de Batán Grande con 35 libras de peso en promedio cada una y que hicieron fama en la región.
La Casa Hacienda
Consta de dos partes o módulos: la primera mandada a construir por don AndrésDelgado y la segunda, por don Juan Aurich Pastor cuando contrajo matrimonio con doña Juana Bonilla Villalobos; a ambos módulos o casonas, las comunica un pasadizo por donde pasaba don Juan para ver a su esposa, pues, el segundo módulo fue construido para ella; don Juan era de carácter firme, inteligente, pero también bondadoso. Los interiores interiores de ambas casonas son parecidos, con piso de pino oregon pulido y muros de adobe; los techos son de caña brava ( caña “beraves” se lee en las escrituras, que debe ser la verdadera palabra); se ingresa de Oeste a Este por escalinatas revestidas de cemento y en las alas izquierda y derecha se abre un hermoso corredor en forma de “U” con piso de loseta rojiblanca.; en el ala derecha, al fondo, un repositorio sirvió de Capilla hasta hace algunos años en que se construyó una nueva. Sus ambientes interiores son amplios con ventanales de fierro fundido con elementos unidos con plomo, sin soldadura, típico de aquellos años en las casonas coloniales que heredaron las republicanas; cada salón tiene su portón de cedro; en los techos, para la luz y oxigenación se hicieron teatinas de caña y barro, ambas casonas tiene segundo piso o nivel, con similares características hasta donde se accede mediante hermosas escaleras labradas de cedro retorcido y pasos de pino oregon; aún recuerdo por los años sesenta, abundantes palomas de Castilla que aún sobrevolaban desde su palomas después del fallecimiento de doña Juan y aún luego que la familia Aurich Bonilla abandonara su hacienda por la Ley de Reforma Agraria; los baños, dos en total, con piso de loseta blanca y grandes tinas de bronce enlozadas; el primer módulo tiene un hermoso patio hundido cuadrangular rodeado de palmeras reales africanas que en algún tiempo fue la caballeriza, rodeado de habitaciones; un patio similar, pero más pequeño tiene el segundo módulo con un segundo piso con cuatro grandes habitaciones que están separadas por un hall hermoso con vista hacia el Este y Oeste; en la parte Norte del primer módulo hay otros ambientes que al parecer fueron “ de purga” y en donde se ubicaba la tristemente célebre “barra” en donde se castigaba a algún obrero, vieja costumbre que data de épocas coloniales, todavía se conserva un terreno que fue “La huerta del Cura”; al lado del primer módulo, un ambiente sirvió de taller para confeccionar o arreglar piezas de metal con sus árboles majestuosos de almendros; en éstos ambientes, existe una catacumba en donde están sepultados miembros de la familia Lizarzaburu, chongoyapanos, que enlazaron matrimonialmente con familias de hacendado y quizás se encuentre aquí el féretro del mismo José Andrés Delgado Gardeazábal y Tovar y sucesores; en la Casa Hacienda de La Viña, se dice que también sepultaron a don Victor Montero Helguera, su propietario.
La Casa Hacienda ahora urge restauración y volver a sembrar las palmeras reales, que fueron símbolo de las Casas Haciendas de la época. Lamentablemente quienes se enriquecen usufructuando como “inversionsitas” en Pucalá, han demostrado ningún interés en su restauración, pese a mis continuos pedidos. La Casa Hacienda de Batán Grande, representa la historia de todo un pueblo, y sus majestuosos ambientes, deberán servir para la creación de “Museo de Arqueología e Historia Sicán” que propongo desde algunos años.

Jose Maeda Asencio





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